Mucho se ha comentado sobre la influencia de la información en la sociedad de hoy en día.
Quizá, aún no somos verdaderamente conscientes de lo mucho que nuestra sociedad ha avanzado en los últimos tiempos.
Uno de los ámbitos en los que más ha influido es en el campo de la economía, lo que se denomina la economía de la información.
En nuestra sociedad actual, una de las formas económicas más utilizadas por los empresarios es el capitalismo. Pues bien, la información también ha influido en el mismo, cambiando sus reglas fundamentales de funcionamiento.
Gracias a la economía de la información, no sólo existen construcciones monopolísticas, sino que también surgen nuevos medios de producción competitivos.
¿A qué se debe este fenómeno?
Bien, es difícil de explicar. Es posible que debamos agradecer que la información rompa con los estereotipos existentes en la sociedad, incluso en el ámbito económico.
Normalmente tendemos a centrarnos casi por completo en el mundo de la economía (dato que nos avanza la naturaleza materialista de la sociedad) y sin embargo, esta nueva tendencia ha colaborado en algo mucho más importante: la liberalización de la palabra.
La sociedad de la información ha dado voz a los que antes no la tenían; se puede decir que ha acabado con el monopolio esta vez, también en la expresión de las ideas.
Esto debería hacernos reflexionar sobre el verdadero “servicio público” que ha venido prestando lo que se conoce como el “cuarto poder”.
Lo más adecuado parece rescatar la idea de que en verdad denominamos mal lo que hasta ahora hemos llamado “sociedad de la información” y deberíamos conocer por “sociedades de la información”.
No se trata de una única sociedad, es un mosaico de distintas realidades, plurales, que no son estáticas ni inmodificables: cambian. Y cambian porque nosotros cambiamos con ellas.
Las sociedades de la información contribuyen a fomentar la creación de opiniones propias, a romper con las fronteras entre culturas, etc…
En definitiva, la sociedad de la información contribuye en cierta manera a formarnos a nosotros mismos.
viernes, 23 de marzo de 2007
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